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Foto: Reiseuhu.de en Unsplash.

Algunos criterios que podrían impedir que la economía ilegal se siga devorando a uno de los activos más importantes de La  Heroica. 

¿Cómo recuperar el equilibrio en el Centro Histórico de Cartagena? 

Mientras la economía ilegal crece y se apodera de la ciudad amurallada, cartageneros, bogotanos, caleños, paisas y extranjeros continúan empeñados en cuidarla.

Las causas de las transformaciones contemporáneas de los centros históricos son muchas, pero lo cierto es que los altos costos de mantenimiento de un inmueble colonial, en un ambiente con salitre, crecen sin parar. Incrementan tal vez al ritmo del interés del turismo y del sector inmobiliario, y al de los avances sociales del país. Seguramente el encarecimiento es una de las razones por las cuales hay una saturación económica en el uso de los inmuebles. Saturación que tiene repercusiones en la infraestructura del espacio urbano y de los servicios públicos. Pero seamos realistas, todos los propietarios, incluidos los residentes, salvo contadas excepciones, necesitan generar algún uso económico de su inmueble que les permita sostenerlo en buenas condiciones. Solo basta con asomarse a los callejones Ancho y Angosto de Getsemaní en la noche para comprender esta realidad.

Entonces sí, hay actividades económicas que no cumplen con el uso del suelo, como lo señala la Unesco, pero tenemos que aceptar que son necesarias para mantener en pie la ciudad vieja. Lo que necesitamos es poner en marcha un modelo para recuperar el equilibrio dentro de las posibilidades actuales. Y lo primero es trazar una raya que divida las actividades económicas legales de las ilegales. Todos los actores deberíamos unirnos para dibujarla bien clara y pararnos del lado que es. Superar nuestras diferencias y crear una alianza para que la economía ilegal no siga devorando a uno de los activos más importantes de la ciudad. 

Luego podríamos avanzar en revisar las actividades que le agregan valor al Centro Histórico. Sí, son distintas a las de antes, han cambiado. Así es la humanidad, dinámica. Hay muchos propietarios de inmuebles que al conservarlos, restaurarlos, ponerlos en uso, le agregan valor a la economía de la ciudad y del país. Hay otros que desafortunadamente generan impactos negativos y contribuyen al caos. El ideal: lograr que todos o la gran mayoría generen más impactos positivos que negativos.

Se puede comenzar por caracterizar las actividades que suman o que son sostenibles. Es una invitación a orientar el mercado para generar desarrollo social y equilibrio entre usos compatibles. 

Que la restauración le agregue valor al inmueble. Que conserve su arquitectura histórica al adecuarla para actividades contemporáneas. ¡Se puede!

¿Cómo determinar cuáles actividades turísticas son sostenibles? Se podrían establecer unos criterios. Criterio número uno: que sea una actividad de turismo respetuoso. Es decir, que no dañe la calidad de vida ni la salud de los vecinos. Dos: privilegiar cierto tipo de turismo. Que además de ser respetuoso sea, por ejemplo, familiar, patrimonial, cultural, académico, de larga estadía, comunitario, religioso. Cinco siglos de historia deben darnos muchas opciones. 

Tres: que la restauración le agregue valor al inmueble. Que conserve su arquitectura histórica al adecuarla para actividades contemporáneas. ¡Se puede! Los arquitectos restauradores recuperan obras de arte donde los profanos solo vemos ruinas. Cuarto: que genere empleo digno, con todos los requisitos de ley. Quinto: que cuide y mejore su entorno, como por ejemplo las zonas verdes o el espacio público. Sexto: que mitiguen los impactos negativos en términos de infraestructura de servicios públicos, por ejemplo, que cumplan con la norma de energía al poner subestaciones eléctricas. O que no ocupen la calle con vehículos de transporte. 

Se puede recuperar el equilibrio orientando el mercado. Insistimos, las actividades que restan, las de la economía ilegal, no deberían permitirse. Y, al contrario, las que suman se deberían incentivar. En cuanto a la saturación económica, para mitigarla se podría establecer un cupo, comenzando por estas últimas, por las que cumplen con los criterios de sostenibilidad. Y las que aún no cumplen, hay que motivarlas para que lo hagan. Estamos a tiempo para incluir estas herramientas en el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico-PEMP. 

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Isabela Restrepo

Directora Ejecutiva de la Fundación Centro Histórico de Cartagena de Indias.

 

 

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