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“El Nene” Cepeda, retrato de un innovador creador costeño.

Aunque a fines de los años 40 “El Nene” Cepeda viajó a los Estados Unidos para estudiar periodismo, García Márquez intuía que lo había hecho buscando también el “Santo Grial” de la literatura norteamericana de la época. Este y otros capítulos de su vida se encuentran recogidos en el libro “Los años de aprendizaje de Álvaro Cepeda Samudio”.

A 50 años de su prematura muerte, Álvaro Cepeda, reportero de pasión y oficio –a más de sus muchas otras facetas de creativo innovador y pionero–, sigue regalándonos frescas primicias traídas desde sus años de formación vocacional y el ejercicio precoz de su periodismo temprano.

Los años de aprendizaje de Álvaro Cepeda Samudio es el título de esta nueva exclusiva suya que se nos entrega ahora con el sello editorial de la Universidad del Norte; primicia que sale a la luz luego de una cuidadosa selección de manuscritos –unos en inglés, otros en español– que le heredó su albacea literaria, La Tita Cepeda.

La Tita (Teresa Manotas de Cepeda), viuda de Álvaro, a más de providencial y discretísima cómplice de su vida, obra y andanzas, ha sido la más privilegiada fuente testimonial –de primerísima mano– para el acopio y documentación del nutrido libro compilatorio recién publicado por Ediciones Uninorte.

Ella, junto con el también periodista y escritor barranquillero Julio Olaciregui, se dedicaron con tenaz devoción a rescatar y restaurar de los baúles que La Tita guardaba celosa y fielmente, los viejos papeles inéditos de cuando el Álvaro juvenil de los años cuarenta se fue de estudiante a Nueva York.

Previa edición, contaron con aportes puntuales de un investigador académico de tan altos quilates como Fabio Rodríguez Amaya, quien, al lado de su fallecido maestro Jacques Gilard, fungen como el tándem más reconocido de especialistas en la obra de los autores del Grupo de Barranquilla; y esto, especialmente ante las prestigiosas comunidades universitarias de Francia e Italia, en cuyas cátedras y producción documental se han desempeñado durante décadas.

La lectura de los textos que Álvaro Cepeda Samudio trajo de Estados Unidos a mediados de 1950 nos ofrece visiones de su infancia y adolescencia donde el autor se nos acerca desde las vivencias de época en su esplendorosa juventud, cuando repartía sus energías entre las aulas universitarias y la redacción de los cuentos de su primer libro Todos estábamos a la espera.

En el epílogo que escribió para cerrar “Los años de aprendizaje…”, Fabio Rodríguez Amaya dice: (He aquí) … “bosquejos, esbozos, frases y apuntes, los que el veinteañero y maestro precoz que fue Álvaro Cepeda trajo de sus vagabundeos de alucinado estudiante sin matrícula y enamorado de la vida entre Nueva York y Michigan. O los que fue acumulando en sus trasiegos de reportero cronista por cualquier parte …”

La lectura de los textos que Álvaro Cepeda Samudio trajo de Estados Unidos a mediados de 1950 nos ofrece visiones de su infancia y adolescencia donde el autor se nos acerca desde las vivencias de época en su esplendorosa juventud.

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Portada del libro dirigido por la Tita Cepeda y Julio Olaciregui y publicado por Ediciones Uninorte.

En un aparte de la obra, se evoca a García Márquez, quien dice que “Álvaro Cepeda Samudio viajó a Estados Unidos a un curso especial de la escuela de periodismo de la Universidad de Columbia, en Nueva York. Y también para leer lo mejor de los grandes escritores de esa época”.

“En una de sus Jirafas, su columna publicada en El Heraldo en junio de 1950, García Márquez le da la bienvenida: “Hoy regresa, sin lugar a dudas, con todo lo que sirve de Norteamérica guardado en las maletas (…) Álvaro Cepeda Samudio viajó a Columbia University realmente empujado por un interés muy distinto al de hacerse profesional del periodismo (…) Tengo la impresión de que iba, más que cualquier otra cosa, por conocer la abigarrada metrópoli de Dos Passos y poder decir después si el autor de Manhattan Transfer era el genio que parecía ser o un imbécil mas en la millonada de imbéciles que debe haber en Nueva York. Iba por conocer los pueblecitos del sur –no tanto del Sur de Estados Unidos como del sur de Faulkner (…) Iba por saber si es cierto que por allá hay gente bestial, atropellada por los instintos como las que viven en las novelas de Caldwell. O si existían hombres acorralados por la naturaleza, como los de Steinbeck”.

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Sigifredo Eusse Marino

Periodista egresado de la Universidad Autónoma del Caribe, trabajó desde mediados de los años 70 en los diarios El Heraldo de Barranquilla, El Espectador, Diario del Caribe y El Tiempo Caribe. Ganador en dos ocasiones del Premios de periodismo Simón Bolívar.

 

 

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