Margarita Garcia

La saga de Alien tiene un nuevo filme con Alien Romulus, producción con la que la franquicia de Ciencia Ficción llega a sus 45 años.

Fede Álvarez conjura una nueva pesadilla con el depredador más terrorífico que conocemos.

Así como en literatura el párrafo inicial es importante porque contiene la promesa de lo que será el resto del libro, en el cine los primeros minutos podrían entenderse de la misma manera. En el caso del guionista y director de cine uruguayo Fede Álvarez (1978), lo que lo caracteriza es ser ominoso desde la primera toma. Ya lo hizo en su otro remake/reimaginación de franquicia querida por un nicho especial de espectadores: Evil Dead de 2013, y repite ahora con Alien: Romulus. Ambas están emparentadas en tono, estilo, estructura y ritmo, pero Romulus es mucho mejor, quizá porque el material original es más interesante y profundo y porque la experiencia que ha adquirido Álvarez en diez años es algo a tener presente. Los inicios de las dos películas se parecen, al contener la promesa del mal que será liberado y la catástrofe que puede conllevar para la humanidad cuando eso suceda.

Aunque esta nueva entrega es la séptima película de esta saga de ciencia ficción y terror, los espectadores deben tener presente que Romulus vendría a encajar en el cuarto lugar, en un orden cronológico, (después de los eventos de Alien de 1979) y que la experiencia es más completa si aprecian esa icónica obra de Ridley Scott antes de ir al cine. A su vez, cabe la aclaración de que Romulus no es una continuación de la línea narrativa que inició Prometheus en 2012 y que siguió Covenant en 2017 (ambas dirigidas de nuevo por Scott), y que elevaron a Alien a algo mucho más profundo que una mera historia de supervivencia en el espacio y una lucha contra un depredador extraterrestre. Aún esperamos que Scott dirija esa última película que complete la historia protagonizada de manera magistral por Michael Fassbender como el sintético David/Walter, lo cual se rumoreó en su momento que se llamaría Paradise. Mientras eso pasa (yo sueño con que aún puede pasar), Álvarez nos da algo para calmar las ganas de ver gente gritando en el espacio a la que nadie puede oír.  

Póster del filme dirigido por el guionista y cineasta uruguayo Fede Álvarez.

Romulus es una película que funciona en muchos niveles: tiene la acción bien diseñada de Aliens (1986) de James Cameron, el suspenso de Scott y toma el elemento del Facehugger, imbuyendo a la historia con una adrenalina que escala y augura la pesadilla.

La historia es sencilla: un grupo de jóvenes, cansados de una vida sin esperanza en un planeta minero y temiendo una muerte temprana como la de sus padres, aprovechan la oportunidad de explorar una nave ruinosa de la compañía Weyland-Yutani que descubren por casualidad abandonada en la órbita de su planeta. Su objetivo es robar unas cámaras criogénicas que les permitan soportar los nueve años de viaje hasta el planeta Yvaga, donde en teoría podrán tener una vida mejor. Lo que no saben es que la nave resulta ser una estación médica donde estaban experimentando con material genético extraído del Xenomorfo recuperado de los restos del USCSS Nostromo.

Romulus es una película que funciona en muchos niveles: tiene la acción bien diseñada de Aliens (1986) de James Cameron, el suspenso de Scott y toma el elemento del Facehugger (de lo más repulsivo y aterrador que ha dado el cine) y le brinda el mayor potencial que hemos visto a la fecha, imbuyendo a la historia con una adrenalina que escala y augura la pesadilla; además, tiene un par de ideas que habían gravitado en Prometheus utilizadas de manera interesante. El diseño de producción con la estética sucia sitúa al espectador en el mundo que conocemos, el manejo de la tensión es hábil y la música impecable, lo que genera que el horror nos golpee duro. Pero Álvarez no se queda en los homenajes y el respeto, la parte final reserva una sorpresa bastante novedosa que sin duda vale la pena experimentar. Aunque hay algunos clichés en la serie de personajes (el bully, la que se acobarda cuando la situación se tuerce, la inocente que sufre, la heroína, etc.) los actores están muy bien: Cailee Spaeny (Civil War, la serie Devs) funciona como lead y David Jonsson (de la serie Industry) brinda un papel emotivo como el humano sintético infaltable en estas historias.

Romulus puede considerarse la mejor película de Álvarez a la fecha y es un viaje emocionante y terrorífico que no decepciona y que mantiene la esperanza de continuar viendo historias de calidad con el monstruo más aterrador que nos ha dado el séptimo arte.

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Pablo Concha

Escritor colombiano. Autor de los libros de cuentos Otra Luz y La piel de las pesadillas. Colaborador literario en varios medios culturales.