Acordeón y aires sabaneros en clave retrofuturista

Hablar de la importancia de Eblis Álvarez para la música colombiana contemporánea puede resultar una obviedad. Desde su debut hace casi veinte años, este compositor, cantante y multiinstrumentista bogotano ha ocupado un papel protagónico en la escena musical y con cada uno de sus trabajos ratifica su relevancia como visionario experimental, arqueólogo sonoro, curador y profeta de los sonidos colombianos del porvenir.

En esta ocasión, su proyecto Meridian Brothers une fuerzas con el Conjunto Media Luna del acordeonista Iván Medellín, otro peso pesado de la escena contemporánea, para este nuevo lanzamiento titulado Paz en la Tierra. Aunque ya habían trabajado juntos en un single titulado “Extraños Juegos (Zombies)” que fue incluido en el compilado del sello suizo Bongo Joe Futur Antérieur: Bongo Joe 5 Years, Paz en la Tierra es el resultado más completo de este cruce de sensibilidades. Según se menciona en el perfil de Bandcamp del disco, este trabajo surgió a partir de las sesiones en las que los dos músicos han trabajado para musicalizar un documental sobre el músico Diomedes Díaz que será lanzado próximamente. Como se puede concluir luego de la audición del álbum, la figura de este artista vallenato se vuelve una especie de leit motiv de Paz en la Tierra, no solo por la centralidad que se la da al vallenato, si no por una reivindicación explícita de esta cultura como parte fundamental de la historia musical de Colombia.

Tomando cierta distancia del sonido espacial de sintetizadores y percusiones electrónicas que fueron protagónicos en los más recientes trabajos de Meridian Brothers, este nuevo álbum gira en torno al acordeón y se mueve entre registros que evocan la cumbia sabanera, el paseo vallenato, el son y otras sonoridades del Caribe colombiano. Para hacer este vínculo más explícito, cada uno de los temas viene acompañado con una indicación que remite a los distintos aires en los que se ha manifestado históricamente la música sabanera, pero acompañados siempre con un adjetivo que nos pone frente a reflexiones de mucha actualidad: “Paseo-triste”, “Paseo-doctrinario”, “Merengue-Consciencia”, etc. Para rematar ese diálogo de temporalidades, el tema “Pensando en mi morena” viene acompañado de la indicación “Tropicalismo Canibal-bogotano”, una especie de síntesis lingüística de las búsquedas artísticas que han definido la música de los artistas que lideran este proyecto.

En muchas de las reseñas escritas a propósito de Meridian Brothers se enfatiza en el carácter retrofuturista de su propuesta. Este disco, aún con su enfoque roots, se mueve también en ese espectro, llevando la música de acordeón al plano contemporáneo para contar historias sobre boxeadores, ladrones de barrio y héroes trágicos del vallenato.

Por su parte, la voz de Eblis Álvarez se muestra más versátil que nunca, moviéndose en registros muy diversos dependiendo de la intensidad de cada uno de los temas. Por momentos, su voz de barítono alcanza registros muy nostálgicos, casi como un viejo crooner. En otros, simplemente arrecia en una efusión incontenible, como en el tema “La secta”. En esta ocasión, se trata de una propuesta vocal menos intervenida y más directa. Esto le permite al cantante sintonizarse con el dinamismo de las improvisaciones de Iván Medellín, que muestra en este disco todo el virtuosismo y la riqueza de su ejecución. Sin embargo, como ya lo advertimos, este enfoque más apegado a los aires tradicionales no implica una desconexión histórica con las sensibilidades de los oyentes actuales. Si bien su instrumentación en formato de acordeón, guacharaca, caja, congas y bajo eléctrico podría considerarse canónica en la música colombiana, las letras y arreglos de los temas del álbum remiten siempre a temáticas muy vigentes. En canciones como “En Teusaquillo te pueden partir la cara”, “La conquista de otros planetas” y “El hombre de alma traicionada” Eblis Álvarez habla con ironía sobre la futilidad de los viajes espaciales al estilo Richard Branson o Jeff Bezos, la cruda realidad de las calles bogotanas y la vida de Diomedes Díaz. En el tema que da título al disco, en clave de Merengue, escuchamos un pregón pacifista que marca el momento más político del disco y que es un ejemplo claro de esta estética retrofuturista que comentábamos líneas atrás.

La carátula del álbum, ilustrada por Mateo Rivano, un artista que ya se ha labrado una reputación con su trabajo para el Frente Cumbiero, Carmelo Torres, Romperayo, Los Pirañas o los mismos Meridians, simboliza muy bien el espíritu de este álbum: una visión que se mueve entre la nostalgia del pasado idílico, la desesperanza del presente destruido y un futuro incierto, pero aún prometedor. Una ilustración en la que se destaca un planeta intervenido, afectado por los humanos, pero aún verde, custodiado por una galaxia sombría y misteriosa que parece simbolizar, al mismo tiempo, una amenaza y una posibilidad. En general, una propuesta gráfica que mantiene el estilo visual de Rivano, pero muy adecuada a la visión de Paz en la Tierra.

En un país que en ocasiones parece colapsar de la mano de unas élites cada vez más degradadas, el vigor y la buena salud que se evidencian en la música colombiana actual es, sin duda, una posibilidad de entendernos como país a través del arte. Basta escuchar el tema “El profesionalismo es importante (Cumbia Homenaje)”, uno de los más singulares de Paz en la Tierra, para confirmar este panorama esperanzador: una oda en la que se exalta la vida y obra de artistas tan diversos e influyentes como Edson Velandia, Pedro Ojeda, Mario Galeano, Lido Pimienta o La Perla. En síntesis, un disco pertinente y necesario por su recuperación de la tradición, su conexión con el presente y su proyección de un futuro deseado por muchos: paz, solidaridad y mucha fiesta tropical.