Margarita Garcia

Omar Geles nació el 15 de febrero de 1967 en Valledupar y aprendió a tocar acordeón a la edad de 5 años. Más de mil composiciones atestiguan su talento y genio creativo. Foto: La Razón.

Acordeonero, compositor, cantante, y productor, semblanza del talentoso y polifacético rey vallenato cuya creatividad influenció a toda una generación musical.

La noche previa a la muerte de Omar Geles había sido sofocante en Valledupar, sin embargo, con el nuevo día el sol misericordioso decidió esconderse detrás de los nubarrones que amenazaban lluvia. Los cerros que rodean la ciudad parecían cantar aquella vieja canción que describe el invierno en la tierra del vallenato.

Muchas personas decidieron aprovechar la frescura del clima para practicar deporte. Dicen que el ejercicio es vida y salud para el cuerpo, pero también la actividad física ha cobrado muchas. Cada vez son más frecuentes los casos de personas que fallecen ejercitándose. Fue lo que le sucedió a Omar Geles Suárez, el prolífico compositor vallenato autor de éxitos como ‘Los caminos de la vida’, ‘Cuatro rosas’, y muchos más, quien falleció el martes 21 de mayo, mientras jugaba tenis, en la ciudad de Valledupar.

La noticia se regó como pólvora. Nadie creía que el artista que apenas el sábado había cantado ‘A blanco y negro’ junto a Silvestre Dangond en el estadio Campín de Bogotá, frente a más de 40 mil personas, hubiera muerto.

Y tú eres la que puede /
pintar con mil colores/
mi mundo a blanco y negro/
borrar mis decepciones…

Los amantes del vallenato entramos en estado de negación. En la primera etapa del duelo nos aferrábamos a la ilusión de que fuera un error, que todo aquello fuese un mal chiste, pero era cierto. El rumor fue confirmado con el comunicado de prensa de la Clínica Erasmo, donde le recibieron sin signos vitales. En menos de cuatro años, la música vallenata había perdido a dos de sus mejores compositores: Romualdo Brito, en un absurdo accidente de tránsito, y ahora, Omar Geles.

Su vida no fue fácil. Hijo de migrantes provenientes de Mahates, Bolívar, un municipio de afrodescendientes en donde impera la pobreza, Omar Geles fue abandonado por su padre en la primera infancia y enfrentado luego a una sociedad elitista que veía con desdén que ese joven de piel morena que había salido de quién sabe dónde, se atreviera a adueñarse de aquello que consideraban exclusivamente suyo: la música vallenata. Pero era necesario que lo hiciera. Para Omar, aprender a tocar acordeón fue una cuestión vital, un remedio y un camino para superar la pobreza.

El apodo de “El Diablito” le llegó en unos carnavales cuando se presentó en un concurso vestido de rojo. Al principio le molestaba porque era usado en tono de burla y como ofensa, pero luego comprendió que ese nombre vendía y lo asumió con orgullo.

Coronado rey profesional en 1989, Geles tuvo una prolífica y polifacética carrera. Diomedes Díaz, Silvestre Dangond, Jorge Oñate e Iván Villazón, entre otros, grabaron sus composiciones. Foto: Festival de la Leyenda Vallenata.

Omar Geles fue abandonado por su padre en la primera infancia y enfrentado luego a una sociedad elitista que veía con desdén que ese joven de piel morena que había salido de quién sabe dónde, se atreviera a adueñarse de aquello que consideraban exclusivamente suyo: la música vallenata.

Cuando el Festival de la Leyenda Vallenata creció, los organizadores decidieron establecer categorías para que los acordeoneros pudieran concursar teniendo en cuenta su edad, su experiencia y, más recientemente, su género. Hoy se eligen reyes del acordeón infantiles, juveniles, aficionados, profesionales, reinas menores y mayores; además, también se eligen reyes de la canción inédita y de la piqueria.

En 1981, Omar inició su trayectoria en el Festival de la Leyenda Vallenata con un segundo puesto en la categoría infantil. Después, en 1985, sería rey semiprofesional y en 1987 repetiría como rey de reyes en la misma categoría, que hoy no existe. Por último, se coronaría rey profesional en 1989 venciendo a ‘El Cocha’ Molina, con quién mantuvo una rivalidad festivalera.

Como una jugarreta del destino, Omar Geles y ‘El Cocha’ Molina volvieron a enfrentarse esta vez en una escena de la telenovela Escalona (1991). Omar interpretaba a Simón Salas, y ‘El Cocha’ hacía las veces del diablo. Ambos se trenzaron en un duelo de acordeón que se resolvió cuando Carlos Vives, quien encarnaba a Rafael Escalona, cantó el Credo al revés.

La segunda versión de rey de reyes del Festival Vallenato, realizada en 1997, fue emotiva. Los reyes de los 10 años anteriores se dieron cita. Omar y ‘El Cocha’ se volvieron a encontrar en la final. El público deliraba con cada nota, con cada gesto. Cada quien tenía su favorito y los favoritos sus barras. Después de ejecutar los cuatro aires reglamentarios (paseo, merengue, son y puya), el jurado calificador dio su veredicto: ‘El Cocha’ Molina era el ganador. 

A mediados de los ochenta, Omar Geles formó la agrupación musical Los Diablitos, junto a Miguel Morales. Ambos provenían de la misma escala social, ambos tenían un talento arrollador y compartían el mismo sueño: escribir sus nombres en la historia del vallenato.

Y así fue. Aunque la unión musical llegó a su fin en 1991, hablar de Miguel Morales y de Omar Geles es referirse a dos gigantes de la música vallenata.

Fue en Los Diablitos donde Omar Geles descubrió su talento para hacer versos y escribir canciones. La primera de su cosecha fue todo un éxito, y aún hoy se escucha con nostalgia: ‘Te esperaré’.

Desde ese momento, Omar despertó de tal manera su espíritu creativo que sus canciones eran consideradas éxitos naturales. Diomedes Díaz, Jorge Oñate, Iván Villazón, Poncho Zuleta, Silvestre Dangond, Martín Elías, Patricia Teherán, Jorge Celedón, y muchos otros artistas, le grabaron. Estamos hablando de más de mil canciones producidas, una cifra exorbitante.

Omar Geles fue exitoso como acordeonero, compositor, empresario de la música, productor. Con su muerte prematura el folclor pierde a un pilar fundamental, pues estaba en pleno uso de sus facultades físicas y espirituales, en el cenit de su genio creador. Su legado perdurará como un testimonio de su talento y pasión por el vallenato, por siempre.

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Carlos Luis Liñán-Pitre 

Valledupar (1983). Abogado y filósofo con Maestría en Estudios Americanos de la Universidad de Sevilla, profesor de la UDES, Campus Valledupar. Premio «Galo Bravo Picazza» como columnista del año 2023, entregado por el Círculo de Periodistas del César y Sur de La Guajira.