Margarita Garcia

Foto: Sedboot.

La COP16 y cinco desafíos de la Educación Ambiental en Barranquilla y el Atlántico

por | Oct 24, 2024

Por Observatorio de Educación del Caribe Colombiano

A partir del análisis de las pruebas Saber 11 de 2023, el Observatorio de Educación de Uninorte detectó una brecha en la educación ambiental de los municipios del Atlántico. ¿Cuál es el estado de la educación ambiental en el departamento?

La COP16, que se celebra por primera vez en Colombia, pone en el centro de la discusión la protección de la diversidad biológica mundial. Bajo el lema «Paz con la Naturaleza», este evento convoca a una profunda reflexión sobre la necesidad de redefinir la relación con el ambiente y repensar un modelo económico que no se base en la extracción, sobreexplotación y contaminación de recursos naturales.

Sin embargo, el departamento del Atlántico, reconocido por su rica biodiversidad, enfrenta un desafío crítico en el ámbito de la educación ambiental. Los resultados de las pruebas Saber 11 en Ciencias Naturales de 2023, analizados por el Observatorio de Educación del Caribe Colombiano, evidencian la urgente necesidad de fortalecer la comprensión y manejo de recursos naturales como humedales, manglares y ecosistemas costeros. Este fortalecimiento es vital para garantizar que las nuevas generaciones participen activamente en la conservación y gestión sostenible de su entorno. 

Los datos reflejan que solo el 32.60% de los estudiantes de Barranquilla alcanzó los niveles 3 y 4 en Ciencias Naturales, lo que indica que menos de un tercio ha desarrollado una comprensión avanzada de los problemas ambientales. Alarmantemente, el 21.60% se encuentra en el Nivel 1, lo que revela serias dificultades para reconocer información científica básica, como datos sobre contaminación o gráficos sencillos. “Esto muestra que una parte significativa de los evaluados tiene un entendimiento limitado de los problemas ambientales y carece de las habilidades necesarias para realizar análisis más profundos, lo que representa un desafío importante para la educación científica en la ciudad”, indicó Jorge Valencia Cobo, coordinador del Observatorio de Educación del Caribe Colombiano de la Universidad del Norte. 

Nivel 1 (puntaje: 0 a 40), los estudiantes reconocen información ambiental básica, pero su análisis se limita a descripciones simples sin profundizar en las causas subyacentes.

Nivel 2 (puntaje: 41 a 55), los estudiantes comienzan a identificar patrones en los datos y a relacionar conceptos básicos, como el ciclo del agua o la biodiversidad, logrando predecir algunas consecuencias ambientales evidentes.

Nivel 3 (puntaje: 56 a 70), se observa una comprensión clara de las relaciones de causa y efecto entre las acciones humanas y los cambios ambientales, con la capacidad de hacer inferencias complejas sobre políticas y acciones locales.

Nivel 4 (puntaje: 71 a 100), los estudiantes aplican teorías científicas avanzadas para proponer soluciones a problemas ambientales, diseñar investigaciones y comunicar hallazgos de manera efectiva, lo que demuestra un dominio completo en la interpretación y resolución de problemas ambientales.

Disparidades en el rendimiento académico 

Al comparar los sectores público y privado, los datos revelan diferencias significativas en el rendimiento académico. En el sector público, el 23.80% de los estudiantes se encuentra en el Nivel 1, una proporción considerablemente mayor que el 14.40% en el sector privado, lo que indica mayores dificultades en el reconocimiento de información científica básica. Además, solo el 28.00% de los estudiantes del sector público alcanza los niveles 3 y 4, mientras que en el sector privado esta cifra se eleva al 47.70%. Estas cifras destacan una disparidad considerable en el rendimiento entre ambos sectores, influenciada probablemente por diferencias en la calidad educativa y los recursos disponibles. 

Resultados por municipios 

En el departamento del Atlántico, donde el sector público es predominante, los municipios con mejores resultados en los niveles 3 y 4 son Puerto Colombia, donde el 40.7% de los estudiantes logra alcanzar el nivel 3 y el 7.8% llega al nivel 4, y Palmar de Varela, con un 26.7% en el nivel 3, aunque el nivel 4 es casi inexistente. Puerto Colombia se destaca como el municipio con el mayor porcentaje de estudiantes capaces de realizar inferencias complejas y aplicar teorías científicas en contextos ambientales. 

Por otro lado, los municipios con los porcentajes más altos de estudiantes en el Nivel 1 son Candelaria (51.7%), Polonuevo (49.5%), Manatí (47.7%) y Luruaco (45.3%). Esto significa que, en estos municipios, más de la mitad o cerca de la mitad de los estudiantes enfrenta serias dificultades para comprender conceptos científicos y ambientales fundamentales. Esta situación resalta la necesidad urgente de implementar estrategias educativas efectivas que aborden estas disparidades y mejoren la educación ambiental en toda la región. 

Solo el 32.60 % de los estudiantes de Barranquilla alcanzó los niveles 3 y 4 en Ciencias Naturales, lo que indica que menos de un tercio ha desarrollado una comprensión avanzada de los problemas ambientales.

Los resultados de las pruebas muestran que, aunque un número considerable de estudiantes ha logrado una comprensión avanzada de las Ciencias Naturales, aún persisten áreas que requieren atención. Es crucial:

 

  • Fortalecer la educación científica y ambiental: especialmente en el sector público, para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una formación de calidad. Capacitar a los docentes en metodologías modernas y activas, como el aprendizaje basado en proyectos, es fundamental para mejorar la enseñanza. Un enfoque interdisciplinario que relacione las ciencias naturales con la resolución de problemas ambientales locales aumentaría el interés y la comprensión de los estudiantes. 
  • Intervención urgente en los municipios con altos porcentajes de estudiantes en el nivel 1: A nivel departamental, la disparidad entre los municipios del Atlántico refleja una brecha significativa en la educación ambiental. Municipios como Puerto Colombia han obtenido mejores resultados en los niveles avanzados, mientras que, en otros como Candelaria y Polonuevo, la mayoría de los estudiantes se encuentra en el nivel más bajo. 
  • Dotar recursos tecnológicos: Proveer a las escuelas públicas de herramientas tecnológicas como plataformas educativas, simuladores científicos y laboratorios virtuales, podría nivelar las oportunidades, proporcionando a los estudiantes de escuelas públicas acceso a experiencias de investigación y aprendizaje en temas ambientales complejos. 
  • Implementar proyectos prácticos: Involucrar a los estudiantes en iniciativas de reforestación y gestión de residuos, monitoreo de la biodiversidad, aplicando conceptos científicos a situaciones reales. Estos proyectos también fortalecerían el vínculo entre la educación ambiental y las necesidades locales, algo crucial en contextos con recursos limitados. 
  • Ofrecer apoyo extraescolar: Establecer programas de tutoría y apoyo centrados en reforzar habilidades científicas para ayudar a los estudiantes en el Nivel 1. 
  • La colaboración entre la comunidad educativa, autoridades y organizaciones es esencial para cerrar las brechas en la educación ambiental y formar generaciones comprometidas con la conservación y gestión sostenible de nuestros recursos naturales. 

En Instagram y X: @oeccuninorte 

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